Muchas personas han influenciado mi vida y han causado un gran impacto en ella, personas con mensajes positivos, otras que dejan lecciones para toda la eternidad y otros pocos que día a día te ayudan en tareas importantes, Scott, es un nombre que cualquiera podría pasar desapercibido, un nombre gringo, pero no Scott no es una persona, es un papel de baño, el y yo nos hemos conocido desde hace mucho tiempo, los años pueden pasar, problemas y dificultades pueden surgir, sea dura o aguada la situación el siempre esta ahí listo para tomar la responsabilidad de mis abominaciones por mi.
Era una tarde húmeda de verano, acababa de almorzar unos tacos chinos que habían causado ciertos estragos sobre mi intestino grueso, la tormenta era inevitable, la marea esta por desobedecer las leyes de la física, me dirigí hacia el sanitario en donde mi trono me esperaba, reluciente como siempre, me baje el pantalón, después mi ropa interior también cayo por la gravedad, mi mano derecha empezó a ir de arriba hacia abajo, pero no... no crean que hablo de tocarme a mi mismo, pervertidos, yo estaba buscando el papel higiénico donde debería estar, esperando a ser utilizado como cualquier otro instrumento de placer, empece a llorar por que entonces quien me ayudaría ante la oleada de excremento que había iniciado.
Los peores segundos de mi vida se volvían horas hasta que pedí ayuda, grite el nombre de mi madre tan alto como pude y le dije que ya no había papel higiénico, ella fue apurada hacia la aborroteria mas cercana en donde compro el papel que pudo, cuando regreso abrí la puerta a medias para recibir la gran bendición, la imagen de mi nuevo mesías llamado Scott en forma de cachorro de labrador, abrí el paquete y dentro de el había papel casi tan suave como la seda, mis lagrimas de tristeza se convirtieron en lagrimas de regocijo, siempre viene la calma después de la tormenta y el sol empezaba a brillar nuevamente, Scott ese día se volvió en mi mejor amigo.
Muchos dirán que me aprovecho de esta amistad, aunque hay que tener en cuenta que si Scott disfruta de mi caca, no puedo obligarlo ha que deje de hacer algo que disfruta con toda su alma, así como yo disfruto de comer tacos chinos, Scott le encanta esa materia fétida de distintas consistencias que mi trasero le encanta escupir como si no hubiera un mañana. Creo que esta relación es mas que una amistad, es un amor prohibido, pero esta sociedad nunca nos comprenderá, que bueno que lo nuestro pasa en privado y así nadie nos juzgue Scott.
Te amo.
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