Desde el principio de los tiempos, el hombre ha necesitado expresar sus sentimientos, emociones, repulsiones e impulsos para comprender y entender el misterioso mecanismo por el cual está regido el universo y las leyes que influyen sobre su comportamiento. Es este impulso de expresar lo intangible, abstracto y explícito con el cual el hombre se ve rodeado desde la concepción lleva a los hombres a desarrollar dentro de sí medios para representar las alusiones, alegorías y fenómenos que observa en la naturaleza. El arte siendo el átomo que congrega o disgrega, que debilita o fortalece, que inspira o cohíbe, que libera o reprime la voluntad del hombre de la mano de la ciencia y la filosofía, es el condimento infaltable que da alma y espíritu a la existencia de los seres humanos. Todas las etapas del arte desde la pintura rupestre en las cavernas, pasando por la era medieval y sus catedrales góticas, por el renacimiento y el replanteamiento de valores artísticos, religiosos y filosóficos hacia el romanticismo con el despertar de las pasiones, temores y repulsiones, el arte ha guiado al crecimiento no solamente intelectual de la humanidad, sino también al crecimiento y aceptación del cosmos en toda su grandeza. El arte contemporáneo, y con ello me refiero a los últimos 15 años, ha decaído en su deber de señalar las anomalías políticas, déficits culturales y el decaimiento social, así como en demandar un cambio social a través de innovaciones filosóficas, científicas e Intelectuales y de proveer el poder de transportar al observador hacia dimensiones espirituales las cuales no han sido investigadas. Los artistas al expresar lo que es verdad e implícito en la naturaleza cíclica del universo, expresan también lo que es verdad para el resto de hombres, es el deber natural del artista, quien gracias a su sensibilidad es capaz de convertir los valores establecidos tanto cultural como universalmente y replantear si su uso es de valor o no. El artista propone los modelos de valores que innovan y se adecuan a su contemporaneidad y lo transmite en su ambiente. Los medios y plataformas por las cuales los artistas publican y difunden son la razón por la cual el arte contemporáneo fracasa en su intento por innovar, puesto que los artistas, absurdamente, caen en el error de difundir masivamente sus trabajos perdiendo la singularidad, calidad y originalidad entre los miles y millones de artistas que también publican y difunden sus trabajos.
La difusión masiva es un error garrafal para la expresión artística, puesto que los artistas entonces entran a formar parte de un mercado competitivo, donde sus obras de arte son valoradas en términos ajenos al arte mismo. Los artistas pasan a ser competencia, cuando en realidad el arte debiese ser una expresión en conjunto de los artistas con su contemporaneidad. Desde tal perspectiva es lógico observar por ejemplo movimientos artísticos como el renacimiento o el surrealismo y notar que los artistas creaban en conjunto la tendencia e innovaciones necesarias para ir construyendo una mejor sociedad, los artistas no dejaron nunca que las tendencias sociales marcara en ellos el rumbo a innovar, pues entonces, como es evidente hoy en día, el decaimiento artístico es fuertemente notable. Lo curioso es que el arte es un continuo ciclo en el cual sobre una capa nueva se adaptan las técnicas de la antigüedad, es decir tomar los valores absolutos como volumen, forma, ritmo, proporciones y color para readaptarlo en las nuevas tendencias a crear. Los objetivos principales de un artista, a mi parecer, son primero estar consciente y proveer conocimiento de todo el acontecer mundial y segundo emplear su sensibilidad y conocimiento académico para replantear y representar sus ideas sobre la actualidad. De nada sirve que una pintura tenga miles de “likes” en cualquiera de las redes sociales, si no provoca ningún sentimiento en la persona que la observa y de nada sirve que un “blogger” escriba sobre la crisis mundial de misiles atómicos si no inspira ninguna acción o postura al público, el estado ideal es que el arte estimule los sentidos y luego inspire a la acción de parte del público, según la reacción que la obra causo en ellos.
El arte actual en todas sus ramas: literatura, escultura, pintura, música, danza, fotografía y cinematografía enfrenta una de las mayores crisis de falta de creatividad y originalidad de la historia. Los referentes contemporáneos del arte no son las personalidades que retan o dirigen las corrientes artísticas, sino que es el interés comercial y económico el cual controla el cómo y cuándo deben ser creadas las obras de arte. El arte y los artistas modernos se encuentran sometidos a los intereses amarillistas y propagandistas del llamado “mundo del entretenimiento”. Únicamente hace falta observar cualquier medio de comunicación y leer todas las historias concernientes a la vida personal de los artistas en vez de aspectos objetivos referentes al arte y su importancia como tal. También hay que agregar que gracias a que las instituciones y corporaciones controlan la creatividad artística, su falta de interés por promover y crear condiciones propicias para que los artistas puedan concebir su obra, promueven que el público no se interese en el arte.
Porque hay Obras de arte que aún conservan su misticismo y poder de inducción a lo efímero y sublime, que es tan difícil de encontrar hoy en día. ¿Que tienen Donatello, Da Vinci, Miguel Ángel y Rafael que son los referentes del renacimiento, que no tengan las obras de Picasso, Matisse o Monet así como las novelas el Quijote, la divina comedia o la Odisea de Cien años de soledad, La ciudad y los Perros o El señor Presidente? No tienen mayor diferencia, sino más bien comparten entre si la esencia intangible e incorruptible de la inevitabilidad del tiempo. Es decir que son fragmentos de historia “contemporáneos” tomados y representados en la expresión artística, así como la demanda y negación de valores inmorales que interferían con la integridad del artista. El artista es un individuo que no es diferente a nadie en el contexto social, pero que se diferencia del resto por su contexto humanitario. El artista convive día a día con sus contemporáneos, sufre las mismas injusticias, sufre las mismas cadencias y sufre los mismos problemas de supervivencia del día a día que sus contémplanos, pero es en su don de crear en donde se diferencia del resto, pues este redefine ese sistema y que cree que tiene la obligación de plantear un cambio. Los países y sociedades son y siempre han sido moldeados a martillazos, hombres de carácter y visión, imparten y han impartido sus doctrinas a pesar de la oposición. Es esta clase de hombre, el cual está dispuesto a defender a capa y espada sus convicciones, que debe tomar cargo de los campos de estudio. Un espíritu lo suficientemente sensible pero lo suficientemente duro para soportar los empujes de la sociedad.
Hay muchos factores que hacen que parezca que el tiempo se detiene, pero obviamente el tiempo no espera a nadie. El mundo actual no es diferente de ningún pasado felizmente olvidado, en la actualidad siguen existiendo problemas de forma social, política, psicológica, natural, científica y económica al igual que hace mil años. Las guerras bélicas del medio oriente, los ataques terroristas en diferentes partes del mundo, corrupción en las instituciones y entidades políticas, la pobreza y migración de grandes porcentajes de población, así como la contaminación de los recursos naturales y el descubrimiento de nuevos organismos vivientes en el cosmos representan una corriente de información que viola la capacidad en que la mente humana puede lidiar y que por ende necesita un medio de comprensión más sublime y más noble. Un objeto tangible el cual pueda observarse y que transmita la comprensión y conocimiento necesario para no sentir incertidumbre acerca de los objetos intangibles para el hombre. Puesto que estos fenómenos también crean sentimientos de aceptación o rechazo dependiendo si es moralmente correcto o no, acorde al prejuicio del artista, que es guardián y vigía del bien de la humanidad. Ya sea una escultura, una novela, un poema, una pintura, una composición, una sinfonía creada a partir de las preocupaciones contemporáneas con las técnicas tradicionales siempre resembla a las grandes obras pues contienen en su esencia la infinidad tiempo, obras que fueron creadas hace unos cuantos meses pero que hablan como si han estado presente siempre. Estas obras de arte conservan en su esencia la fuerza comprimida del tiempo en el que fueron realizadas y con ello llegan el marco de eterno en sus lienzos.
Para el bien de la humanidad es necesario que pronto se cree una corriente artística que rete los valores tradicionales impuestos por las instituciones y que implante nuevos modelos de representación. Es necesario que el artista se abstenga de difundir cibernéticamente su obra y se preocupe más por darle vida y presencia en el mundo real, para que así se empiece a romper los paradigmas de decaimiento en la calidad de producción artista que afrontamos en la realidad. Así como es necesario que los artistas se comuniquen unos con otros y convivan para crear un ambiente solidario y tolerante, en donde sea cómodo poder expresarse, y no solamente artistas sino que los filósofos, científicos y políticos sean parte de esta discusión también s importante puesto que campos de estudios también son fundamentales para la administración de la sociedad y para la creación de arte. Crear debates que discutan las doctrinas y métodos modernos que se emplean para proveer seguridad y paz, y llegar a conclusiones que adhieran puntos de vista cada campo de estudio. Pero si dejamos que los artistas, filósofos, científicos y políticos trabajen por separado siempre existirá el desacuerdo y la poca tolerancia para los diferentes campos y lo esencial es crea un ambiente tolerante en cual cada uno de los individuos se pueda sentir representado, respetado y comprendido. En lo personal, considero que es esencial que el artista se dedique primero a perfeccionar su habilidad y técnica para así tener a su disposición todas las nociones posibles del arte y dejar a un lado lo convencional y tradicional para replantearse sus valores, pues es únicamente durante una cadencia muy prolongada donde encontramos el sentido y la razón de ser o no de los valores que guían nuestra existencia. En otras palabras, hay que dejar todo lo moderno a un lado y replantear si tales objetos y valores son los que en realidad necesitamos para subsistir.
Es nuestro turno como generación de tomar las riendas de nuestro tiempo y tenemos la obligación de concebir respuestas efectivas que nos preparen al futuro. Es demasiado obvio que los métodos contemporáneos de administración, repartición y creación son más que deficientes y nosotros tenemos sobre nuestra espalda la obligación de no dejar que el mundo se venga abajo. Debemos entender que únicamente satisfacer el impulso narcisista y voyerista del hombre a través de las plataformas sociales, carecen del impacto y sentido espiritual que el hombre busca en medio de su incertidumbre. Debemos reencontrar y redefinir los valores con los cuales vamos a guiar nuestras vidas para encontrar el sentido existencia que todos buscamos y encontrar la paz mundial que todos necesitamos. Creo que si logramos encontrar una, la otra vendrá por sí sola, y la única fuente lo demasiado poderosa e inductiva en el hombre es su pasión por expresarse a sí mismo y por ende crear obras de arte que reflejen esa realidad de comprensión y de paz. Debemos encontrar nuevos descubrimientos científicos, nuevas reformas y revoluciones que cambien el mundo hacia un lugar mejor y seguro, donde la inestabilidad y diferencias étnicas, religiosas o económicas no interfieran con el tranquilo fluir de nuestra existencia atravesó del universo. Tampoco hay que olvidar que este es nuestro único hogar y lo será hasta el fin de los tiempos. El tiempo de actuar es ahora, de pensar en el futuro y de crear las condiciones que queremos para cambiar los sistemas que rigen nuestra existencia en el presente. ¿Y es que contemporaneidad no es acaso ir siempre un paso adelante?
Escrito por un anónimo.