Últimamente no había salido de noche por la ciudad a tomar hasta caer, en realidad no soy de los que pierden la conciencia, pero si de los que no paran hasta ver el sol y llegar a casa solo para ver que ya me tienen preparada una taza de café con leche. Era un miércoles como cualquiera y acababan de pagar, mi plan era ir a casa y terminar de ver la segunda temporada de JoJo's Bizarre Adventure que me tenia cautivado, el destino quiso otro escenario y termine en un bar llamado 100 Montaditos, el cual nunca había visitado en mi vida, en lugar de pedirle a un mesero lo que ibas a tomar, uno tenia que ir a una especie de cajero y allí le entregaban a uno las bebidas, no me gusto ese estilo de servicio pero ya que regalaban papas fritas con queso si comprabas un cubetazo de cerveza. Solo eramos yo y mi amigo Luigi con doble "l", o sea Luilly (pero en esta historia le diremos Luigi por que si), hicimos mil llamadas y mandamos mil mensajes de Whatsapp para ver quien llegaba a acompañarnos, pero nadie respondía a la señal.
Después que dos cubetazos de una cerveza llamada Monte Carlo, mejor nos rendimos respecto a quien se nos unía en la travesía y nos dirigimos hacia otro bar, esta vez uno llamado La Chula, el cual visite una vez y estaba a reventar, en esta ocasión no había nadie, ni modo era miércoles, un miércoles en el cual solo a nosotros dos se nos ocurría salir a tomar, en ese bar pedimos unas cuantas micheladas que estaban muy bien preparadas y un par de tragos de tequila, yo ya iba algo entonado desde 100 Montaditos, pero ese tequila sagrado me revivió un poco, pasamos un tiempo allí relajándonos un poco mientras sonaba la típica música de bar. Paramos pidiendo otro cubetazo de cerveza y en ese momento me empece a sentir algo borracho, esperamos otro rato y cuando sentí ya estábamos en el carro de Luigi en dirección a otro bar.
Íbamos bajo el velo de la medianoche, seguíamos haciendo llamadas para ver quien se nos unía, en una vuelta Luigi no pudo despegar sus ojos del celular y en mi borrachera vi como nos dirigimos hacia una cuneta y un arriate, no pude soltar ninguna palabra de advertencia, cuando sentí ya tenia la bolsa de aire en la cara. El carro desprendía un calor fétido, yo seguía viendo la bolsa de aire y unos cuantos pedazos de vidrio sobre mis piernas que ni sabia de donde habían salido, de la nada ya no estaba borracho, cuando vi, Luigi ya estaba afuera del carro gritándome que lo ayudara a sacar el carro de la cuneta antes que llegara la policía, ni modo, lo ayude a empujar el carro fuera de ese desnivel absurdo, que bueno que como espinacas por que sacamos el carro de ese lugar y a la hora de arrancar el carro, digamos que todavía servia.
Nada mas arranco el carro y le dije a Luigi que al parecer ya era hora de irnos a nuestras casas, Luigi quería seguir tomando, pero en su cara se notaba la decepción de lo sucedido, todo por ver su celular en vez del camino... terminamos comiendo unos tacos al pastor que estaban en el camino, luego de comer termine en mi casa con un poco de dolor en mi rodilla y empece a sentir mi antebrazo izquierdo con cierta irritación, todavía saque un pan con frijol que no me había comido de mi mochila y me serví una taza de café, trate de ver un episodio de JoJo pero no pude por que ya me dormía. Al día siguiente ya con mis cinco sentidos sobrios, al despertar me di cuenta que tenia un gran moretón en la rodilla y el antebrazo algo quemado, no pude evitar pensar que esa fue la primera vez que experimentaba un choque automovilístico y también que tenia mucha sed, lo bueno fue que no chocamos a otro carro, tampoco a una persona, no nos vio la policía y sobre todo... no nos paso nada a nosotros.
Sin duda tuvimos suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario