Hay personas de bien y de mal, que prestan dinero a personas de bien y de mal, sean algunos cuantos centavos o grandes cantidades tu siempre esperas tu dinero de vuelta lo mas rápido posible, si es que se puede. Lo malo de este asunto de prestar dinero es que tu no puedes leer mentes, solo tienes que resguardar tus esperanzas en lo poco o mucho que conoces a la persona a la cual le diste de tu dinero bien ganado con la promesa hablada de tenerlo de vuelta.
Lo malo es que en nuestros tiempos la palabra de las personas ya no vale nada, ahora todo es por escrito y si no es por escrito entonces se podría decir que te han agarrado en el fondo de un callejón con el pantalón hasta los talones, listo para que te den por donde mas duele, no... no hablo de tu trasero, es tu confianza que ahora se ve arruinada ante el acto a futuro en el cual tu deudor te evita por que no tiene quiere pagar, pueden pasar meses y no te va a pagar, incluso puede que el tipo o tipa desaparezca y saben nunca te pagara, no importa cuantos mensajes en el Whatsapp le mandes o ya en tu desesperación que le publiques en el muro de Facebook o la ultima foto que subió a su Instagram, al final de al cabo terminaras siendo bloqueado.
Peor que perder tu dinero es ver a esa persona que te debe publicando en sus redes sociales las cosas que compra y lo hacen ver como si cagara oro, pero en el fondo quien sabe ni a cuantas personas le ha prestado dinero y nunca les ha pagado de vuelta. Por mas que nos carcoma el alma de odio experimentar esto, terminamos aprendiendo en que confiar y en quien no, ademas también a manejar mejor nuestro dinero y tenerle un poquito mas de aprecio, pero si llegaras a ver esa persona en la calle, seguramente te le acercarías para insultarle o pegarle.
No desesperéis.
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