viernes, 7 de agosto de 2015

Salas de Cine

Es un día especial, tu y quien sea que lleves de compañía, ya sea tu familia, algunos amigos o aquella persona especial, van al cine a ver una película que vaya bien con los gustos de todos, una película de acción para entretenerse, tal vez un drama para sacar unas cuantas lagrimas o una comedia para reír a carcajadas. Todo depende de quien de la mejor opinión y consejo, también de quien sea quien vaya a invitar a los demás y un factor que dependerá de nuestra diversión. 

¿Quien carajos puede toparse uno en las salas de cine? Pues hay tantas personas en el mundo y cualquiera de esas pueden entrar a la misma función por la cual tu pagaste, estamos hablando de bebés llorones cuyos padres irresponsables metieron al cine, niños que hablan acerca de todo lo que pasa en la película sin que sus padres los callen, personas que se ríen ante cualquier chiste por mas estúpido que sea, gente que tal vez se duerma y empiece a roncar, otras personas que no pararan de toser o estornudar, aquellos que llegan a la función tarde y distraen acompañados por linternas, esas personas que se sientan a la par tuya en el asiento que dejaste libre para que nadie te molestara, las posibilidades van de aquí al espacio exterior, todo puede pasar.

Tu estas sentado allí en tu asiento esperando a que esas personas se callen o guarden la compostura, mientras te imaginas mil maneras de hacerlos callar, pero sabes que no tienes que distraerte de la película que tanto esperaste ver, puedes hacer cosas inmaduras como tirar palomitas de maíz en el cine hacia esas personas o si están detrás tuyo voltear a ver con una mirada matadora, esas cosas pueden funcionar o no, pero al menos sacaras esos deseos negativos de tu corazón.

Eso si... siempre que termine la película llegara ese momento incomodo en el cual no sabes si levantarte de tu asiento o quedarte allí sentado a que todos se muevan de sus lugares y empiecen a desocupar la sala... y si te levantas te tocara esquivar a la gente, esquivar el desorden que dejaron en sus asientos con palomitas de maíz desparramadas por el suelo, esos molestos recipientes de plástico saliendo de los asientos con comida que nadie se termino o algún liquido pegajoso restregado por el suelo producto de un descuidado que dejo caer su soda. Las salas de cine deberían ser iglesias, no parques de diversiones donde demostrar lo animales que pueden llegar a ser algunos seres humanos.

Pero siempre volveré para ver otra película.


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