Primero que nada les advierto que esta entrada estará llena de popo, demasiado de él y sera muy detallado, si están de acuerdo con eso podemos proseguir, si no simplemente nos vemos a la próxima. Era un domingo por la noche, llegaba del trabajo a mi casa y mi madre queriéndome complacer me había comprado tortas de papa, no son mis favoritas, pero ni modo dije yo, me las compro mi madre por que no habría de comérmelas, sabían un poco raro pero aun me las trague, pasaron las horas, luego la hora de dormir, de la nada desperté en medio de la madrugada solo para hallarme cagado, si literalmente cagado en mi cama, el peor sentimiento corrió por mi cabeza, no hice mas que ir a bañarme y preguntarme como rayos no me di cuenta que tenia ganas de cagar mientras dormía, ni modo, me cambie de ropa, me dio miedo volver a mi cama, mejor agarre mis almohadas y me acosté sobre el suelo frió mientras mi estomago pedía ayuda, apenas pude cerrar mis ojos cuando vi ya era de mañana y era hora de ir al trabajo.
Estaba allí buscando remedios caseros para la diarrea en internet y decidí solo tomar una taza de té, me dirigí al trabajo y les juro que iba cada media hora al baño, todo lo que salia no era mas que liquido marrón, me dolía el estomago, me dolía la cabeza, sentía frió, tenia sueño y ademas mi alma poco a poco salia de mi cuerpo, cerraba los ojos y deseaba que ya fuera hora de irme, lo cual tomo una eternidad, lo poco que tome para aliviarme fueron esas típicas pastillas efervescentes. Llegue a mi casa cansado con ganas nada mas de dormir, tenia miedo que me pasara lo que paso la noche anterior, por lo tanto volví a dormir en el suelo y si ustedes son buenos lectores sabrán lo que paso después, nuevamente me cague... y cague... y cague.
Nuevamente desganado desperté el día martes, día en el cual decidí mejor ir por algo mas seguro como lo es el Pepto-Bismol, sabría que ese liquido rosado haría mas de algo, no por nada son cinco problemas y una solución, solución que no existió por que seguí cagando como si fuera una fuente de chocolate, al menos estaba vez no tenia sueño, le decía a mis amigos mis síntomas y sus respuestas no eran para nada motivantes, todos decían que era "chikungunya", una enfermedad sin cura proveniente de los mosquitos que se parece bastante al dengue, pero faltaba que tuviera dolor de extremidades y que tuviera gripe, por lo tanto no pensé que fuera eso. Fue otro día largo, pero al menos esta vez cuando llegue a mi casa y dormí, no me cague...
Para el miércoles ya era hora de que viera un medico, ya no aguantaba mas sentirme de esa manera y menos en mi trabajo que es donde debo de demostrar las mejores ganas posibles de hacer bien las cosas, en el mismo edificio de mi trabajo hay una clínica y por trabajar en donde estoy a uno le dan consultas gratis, fui a una consulta y me vio una doctora, me pregunto mis síntomas, yo solo esperaba a ver que me sacar una muestra de popó y que vieran que estaba malo conmigo, pero la doctora solo dijo que eran parásitos y me dio una receta, ni modo si una doctora me lo dice debe ser cierto, la receta decía que tomara 4 tabletas en una dosis y mucho suero, fui a comprar esas cosas, para luego empezar a sentirme "mejor", lo cual empece a sentir me imagino mentalmente obviamente por haber ido a ver a un doctor.
Un error garrafal fue confiar en esa clínica, desperté el día jueves orinando sangre, si sangre, de los peores sustos de mi vida, eso no podía estar pasando, no sabia como mi estomago iba a hacer que mis riñones hicieran eso, lo peor es que me dolían mucho, mejor llame a mi trabajo, dije que iba a faltar y fui con el doctor que me vio nacer para que el mismo me dijera que rayos me estaba pasando. Sudaba frió, no dejaba de pensar en mi popó y en mi pipí, la clínica de mi doctor tenia muchos pacientes, así que se pueden imaginar los miles de pensamientos que pasaban por mi cabeza antes que el me atendiera. Llego la hora y empece a detallar mis síntomas al doctor, pase a que me hiciera unos exámenes y fue cuando le dije lo que me habían recetado, el doctor no hizo mas que decirme que lo que me recetaron eran unas tabletas contra las amebas y que ademas no se tomaban cuatro en una dosis como me dijo aquella doctora, sino una o dos al día, por eso estaba orinando sangre, por que era demasiado fuerte para mis riñones, mi corazón dio un brinco de alegría, el doctor siguió haciéndome exámenes y ya me dijo que era una infección estomacal, me dio (ahora si) una receta medica de verdad que consistía de una pastilla cada 12 horas y unas extrañas dosis liquidas que se tomaban una al día, volví a mi casa alegre y a la vez enojado con esos estúpidos de la clínica.
Para el viernes ya me sentía mejor, con mas energía, mi tarea de ese día fue contarle a todos lo mal que diagnosticaban en esa clínica y como nadie debería ir allí, según ellos yo había llegado allí con la intención que me recetaron algo solo por que me sentía mal para excusarme del trabajo cuando en realidad si estaba muy mal, pude haber muerto y si hubiera muerto, hubiera sido la culpa de esa clínica estúpida, por todos los líquidos que perdí durante esa semana, toda la caca que salio de mi trasero, el sufrimiento que le dieron a mis riñones que ni mil bebidas gaseosas han hecho, por el suero asqueroso que tome, por la mancha que deje en mi pobre cama, yo les juro que esa clínica pagara lo que me hicieron.
Gracias por leer esta asquerosa historia.
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